La nieta de «la mayor» dijo que quería encontrar a su madre.
El documental de Rocío Carrasco provocó una revolución en la televisión y en la sociedad española. No solo puso al descubierto una figura importante en la entidad mediática, lo que la llevó a excluirla de los medios, sino que también generó debate y conciencia sobre algunos temas que antes supo callar, casi escondidos entre las paredes de la casa. El problema es que esta marea de justicia fue el punto de partida para demonizar a otra persona que de alguna manera también podría ser vista como una víctima: Rocío Flores.

Los hechos por los que la joven fue acusada, denunciada y condenada no pueden ser cuestionados ni reducidos. Ella, conspiró con su padre, agredió brutalmente a su madre. A favor de la verdad, también es necesario subrayar dos grandes atenuantes en este caso: la edad que tenía, apenas 15 años, y algo que, en palabras de la propia Rocío Carrasco, ha sido probado por peritos psiquiátricos. la manipulación que ejerció Antonio David Flores sobre su hija.

Este lado Rocío De los 15 a los 24, han pasado nueve años, unas pocas o tres solicitudes de disculpa pública de su madre y otros tantos intentos de reconciliación con ella a través de recursos o la intervención de terceros. Si ha dejado de intentarlo, según él, es porque está cansado de negarse, de no encontrar respuesta; no por no querer hacerlo, no por no necesitarlo.

Más de una persona puede pensar que se trata en realidad de una puesta en escena, típica de una persona calculadora, que quiere tener algún tipo de fiesta; destacando el hecho de que sigue defendiendo a su padre por encima de todo, marcando que él es un héroe para ella. Quizás sea así, aunque antes de utilizar este tipo de argumentos, no hay que olvidar que la propia Rocío Carrasco, cuando tenía la misma edad que su hija hoy, defendió con uñas y dientes a Antonio David Flores, peleando e insultando a cualquiera. que se atrevió a cuestionarlo e incluso defenderlo de la violencia contra ciertos periodistas. Así es como funciona la manipulación.

Rocío Flores Fue demonizada hasta la saciedad, no por su madre, sino por los medios de comunicación, por numerosos colaboradores y por el público en general. Cualquier declaración, cualquier palabra de cariño hacia Olga Moreno, a quien ama naturalmente, fue considerada una ofensa hacia Rocío Carrasco; sus tweets con frases y hashtags propios de la adolescente que era cuando los escribió, han sido magnificados y puestos como prueba de quién sabe qué; e incluso estuvo tentado de demostrar una violencia innata en ella con videos y situaciones de su niñez, donde reaccionaba como cualquier niño o niña de esa edad. Nadie puede poner una mano sobre el fuego por ella, y no tiene la intención de limpiarla de su culpa o darle una bondad que quizás no tenga, pero es imposible no enfatizar que ella dice que lo que dice va a ser ser condenado o juzgado.

Recientemente, Boris Izaguirre, que conoce a Antonio David y Rocío Carrasco, dijo que todos los chismes en torno a la causa tapan lo realmente importante y distraen la atención. Lo mismo ocurre cuando hablamos de la hija de los dos, porque al enfocarnos en los medios, en las declaraciones de ida y vuelta, el hecho de que estemos en presencia de una niña de apenas 24 años, que creció en un hogar donde la violencia estaba a la orden del día, probado ser manipulado, quien pidió perdón y quien demostró, en más de una ocasión, que todavía estaba esperando el abrazo de su madre.