Un trabajo elaborado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), publicado abierto enRevista Internacional de Investigación Educativaexploró la experiencia de los estudiantes con discapacidad en una universidad en línea, como la UOC, para descubrir el potencial y las posibles carencias de este modelo educativo.
“La divulgación de la discapacidad en la educación superior es un paso previo y necesario para poder acceder a las adaptaciones académicas a las que este grupo de estudiantes tiene derecho conforme a la legislación, y este es un proceso que la literatura científica ha identificado como clave para lograr la igualdad efectiva de oportunidades para este colectivo desfavorecido”informan los autores de esta investigación, Efrem Melián, doctorando en Educación y TIC (E-learning) de la UOC, y Julio Meneses, profesor asociado de metodología de la investigación en los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, director de Aprendizaje Analítico del eLearning Innovation Center (eLinC) e investigadora del grupo de Género y TIC (GenTIC) del IN3.
Con un modelo educativo íntegramente en línea, la UOC concentra una parte importante de los estudiantes con discapacidad en España. De los más de 23.000 estudiantes con discapacidad que hay en España, cerca de 2.000 estudian en la UOC. “La UOC es la segunda universidad española con mayor número de estudiantes con discapacidad, solo por detrás de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es, por tanto, un colectivo muy numeroso con necesidades muy diferentes, lo que hace que la complejidad del acompañamiento de estos los estudiantes suele provocar cierta tensión en los servicios de atención”señala Melián.
El primero de los dilemas a los que se enfrentan estos estudiantes es tener que revelar su condición de persona con discapacidad. “Muchos estudiantes intentan evitar el estigma invisibilizándose, no destacando y no revelando su discapacidad. Pero esto muchas veces tiene consecuencias negativas, porque si no revelan su situación, no pueden acceder a las adaptaciones que necesitan, o lo hacen. .demasiado tarde, lo que repercute negativamente en los resultados académicos”explican los investigadores de la UOC.
En este sentido, los autores del estudio subrayan que es necesario evitar abordar la discapacidad desde un punto de vista exclusivamente médico, que suele utilizar términos como patologías o pacientes. lo que les pasa a estos estudiantes es que el ambiente no es el adecuado para sus necesidades y es precisamente eso lo que “incapacita” a las personas. Por ello, los autores subrayan que es importante hacer que el entorno de aprendizaje sea accesible y acogedor para todos mediante la adopción de medidas universales y, cuando estas no sean suficientes, implementando adaptaciones individuales. “Las consecuencias de la falta de información, sensibilidad o atención adecuada a este colectivo tienen que ver con la ‘retirada’ de los estudiantes con discapacidad. Es decir, en tal situación, los estudiantes pueden optar por pasar desapercibidos o volverse invisibles en la universidad “dicen los autores.
Para mejorar la experiencia académica de las personas con discapacidad, las universidades deben mostrar un fuerte compromiso con la inclusión educativa de todas las personas, sean cuales sean sus circunstancias personales, cambio que se ha visto apoyado en gran medida por las exigencias de la pandemia. “La crisis del COVID-19 ha acelerado la migración a modelos parcial o totalmente online en muchas universidades. Mientras tanto, los estudiantes con discapacidad eligen cada vez más estas instituciones por la accesibilidad del campus o los materiales de estudio que ofrecen, y también por la flexibilidad en el ritmo de estudio. Esto representa una oportunidad y un desafío para las instituciones que aplican modelos de aprendizaje no presenciales”agrega Meneses.
Agilidad, sensibilidad, personalización
De esta forma, los investigadores formulan una serie de recomendaciones para mejorar la atención que las universidades ofrecen a los estudiantes con discapacidad. En primer lugar, es necesario agilizar y facilitar los trámites para que los estudiantes puedan comunicar su discapacidad a la institución, a fin de evitar que dicha comunicación tenga que repetirse durante la carrera académica. En segundo lugar, debe haber un seguimiento personalizado y sensible de las necesidades asociadas a los diferentes tipos de discapacidad. Estos servicios pueden desarrollarse gracias a la implementación de un departamento específico para la asistencia a la discapacidadcomo sucede en algunas universidades a distancia.
“Las universidades deben redirigir el apoyo a los estudiantes con discapacidad desarrollando una política institucional a largo plazo que enmarque la acción de un servicio específico que incluya un seguimiento activo y personalizado. En este sentido, el esfuerzo que la UOC ha dedicado a mejorar la experiencia de esta puede ser relevante para atender las distintas necesidades que presentan los estudiantes y servir de ejemplo para afrontar los retos que plantea la paulatina adopción de modelos educativos híbridos o en línea por parte de las universidades”concluyen los expertos.