El cantautor tiene que pagar una gran suma por evasión de impuestos.
El cantante Joaquín Sabina quedó en una situación comprometida tras descubrir que había evadido impuestos entre 2008 y 2010. Según la Agencia Tributaria, el músico declaró incorrectamente varios ingresos, lo que le generó una cuantiosa deuda con Hacienda.

La Audiencia Nacional avaló la sanción y Joaquín Sabina deberá pagar dos millones y medio de euros a Hacienda. El laudo establece que el cantautor evadió impuestos con tres empresas: Cigarrillos Finos, Relatores y el Pan de mis Niñas. A través de ellos, administraba sus acciones, derechos de autor y la propiedad de dos propiedades.

Técnicos de Hacienda sostienen que la remuneración de Joaquín Sabina no estaban alineados con el mercado y esto les permitía pagar menos impuestos de los que debían. Por lo tanto, se hizo “una corrección de precio de mercado”. En 2014, el agente del cantante admitió que Hacienda le había exigido tres millones de euros pero que iba a poner una denuncia.

En 2017, Joaquín Sabina había hablado de sus problemas fiscales recurrentes en su canción ‘Je nie tout’. La letra de la canción expresa: “El tiburón del tesoro, confiscador de bienes, cerró mi tienda, se robó el mes de abril. A partir de ahora, el artista deberá pagar la suma del millonario o acudir al Tribunal Supremo como último recurso.