La mujer de Miguel Marcos ha contado casi todos los pasajes más relevantes de su vida personal, o al menos esto es lo que podría parecer al recapitular todos sus grandes titulares en las dos décadas que lleva frente a los focos, pero hace tan sólo unos días quiso sincerarse sobre un tema de su infancia.
Y es que, aunque Belén ha contado mucho sobre su vida, en lo que concierne a su familia siempre ha preferido ser algo reticente y no contar muchas cosas por respeto a ellos que querían seguir personas desconocidas.
La verdad oculta del pasado de Belén Esteban

La madre de Andrea Janeiro desde sus primeros momentos televisivos destacó por su sentido de la familiaridad, y por relatar lo que mucho que quería a sus padres y hermanos, pero si por alguien sentía una especial afinidad era con Francisco, su padre.
En el programa diario vespertino Sálvame trataron hace unas jornada el tema de que el machismo sigue muy ahondado en nuestra cultura, y que hay pequeñas cosas que aunque no nos percatemos son vestigios de micromachismo más propios de otra época.
La Princesa del Pueblo quiso ser transparente y relató un episodio de su niñez:
En mi casa siempre teníamos que aguardar a que llegase mi padre para comer o cenar, no se podían tocar los platos hasta que el se sentase en la mesa, y a mi eso nunca me hizo gracia, tuve más de un castigo por quejarme de ello.
Su casa era básicamente patriarcal, el padre era quien decidía todas las cosas importantes y trabajaba, mientras su madre pasó la mayor parte del tiempo en el hogar cuidando de sus hijos y acatando las órdenes de su esposo, y aunque por desgracia esto era lo usual de aquellos años, Esteban se dio cuenta de que no era correcto.

Las declaraciones de Belén han dejado a sus compañeros anonadados, pues como ella siempre se ha mostrado con una actitud progresista nadie esperaba que en su casa pasasen este tipo de acontecimientos.