El Estado no permite caminar al hijo de Isabel Pantoja, que permanece encerrado en su casa.
kiko rivera Encendió todas las alarmas en su familia a finales del pasado mes de octubre, cuando un malestar general le llevó a consultar a un médico. Al hacerlo, supo que el caso era preocupante y que se trataba nada menos que de un derrame cerebral. Estuvo 3 o 4 días ingresado en un hospital de Sevilla, rodeado únicamente de su mujer.
Irene Rosales es el apoyo fundamental y el apoyo principal de kiko rivera. Luego de atenderla en el centro de salud, y una vez que su esposo fue dado de alta, regresaron a casa con sus dos hijas. Los tres cuidaron al primo de Anabel Pantoja y lo ayudaron en todo lo que necesitaba.
El incidente llevó al hijo de Isabel Pantoja a replantearse cómo afrontar el futuro, pues no cabe duda de que lo ocurrido fue un aviso que le dio su cuerpo. Es entonces necesario hacer una serie de cambios en varios hábitos, algunos de los cuales deben abandonarse, mientras que otros solo se modifican.
Pero ya superpuesto a esta alarmante imagen que lo afectó hace un mes y medio, el cantante ahora se ha dado cuenta de que hay una nueva condición que afecta su salud, y es de lo más incómoda. En una serie de videos que dejó en sus “stories”, la descendiente de Paquirri no dejaba de quejarse del dolor.
Mira como está mi pie, tengo una fascitis plantar increíble.
“Agua fría un ratito, luego agua caliente”, dice y demuestra que en el primer caso metió el pie en agua helada, y en el segundo, a una temperatura mucho más alta. Afortunadamente, los accesorios que necesitaba para iniciar su recuperación, ya los tiene consigo.
“Pues ya me enviaron las plantillas y las conseguí, hacen su trabajo. Soy un pingüino andante ahora”, bromeó, en alusión a los altibajos que tiene que hacer con su cuerpo cada vez que intenta caminar. “Pero en cuanto me lo quiten, volveré a caminar”, dijo después.
Finalmente, en la última secuencia ya notamos que kiko rivera Ya no aguanta más con el encierro y la poca movilidad: “Aquí en el máximo aburrimiento, en el sofá del salón de mi casa. ¿Alguno de ustedes tiene fascitis plantar ¿Sabes de lo que estóy hablando y ¿qué tiene de terrible que no se pueda mover”, concluye.