La histórica presentadora tuvo una vida con luces y sombras.
Jesús Quintero, el mítico presentador de televisión, falleció el pasado lunes, a los 82 años, a causa de un paro cardíaco. Reconocido por sus más célebres reportajes y su innovadora forma de entrevistar, el comunicador también supo sentir el sabor amargo de la frustración.

En las últimas horas, muchos usuarios en las redes sociales compartieron duras críticas sociales expresadas por Quintero“Siempre ha habido analfabetos, pero siempre se ha visto como una vergüenza la falta de cultura y la ignorancia. Nunca como ahora la gente se ha jactado de no haber leído un maldito libro en su maldita vida, que no les importa nada que huela a cultura o que requiera una inteligencia ligeramente superior a la de un primate».

O por lo que dijo o por lo que calló, Jesús Quintero logró provocar cierta irritación, incomodidad o sorpresa en sus interlocutores, siendo un periodista que supo escuchar los dramas y dilemas de los desesperados. Sin embargo, un severo cuadro de depresión e hipocondría lo aparta de sus compromisos profesionales en 1986 y pronto iniciará una terapia que lo acompañará hasta sus últimos años.

Jesús Quintero Luego se dedicó al mundo de los negocios, pero sus malos resultados lo llevaron casi a la ruina y tuvo que enfrentar una delicada situación financiera por el resto de su vida. “Me he arruinado tres o cuatro veces en mi vida. Si no estoy trabajando, bajo el techo, bajo el nivel. Vivo con lo que es correcto. Nunca seré un nuevo rico. Siempre seré un ex pobre”, aseguró hace unos años. Sin embargo, ninguna de estas sombras puede ocultar lo que Quintero representa para la televisión y el periodismo de nuestro país.