Hoy, el ex empleado intenta aparentar calma, lo que evita conflictos. Sin embargo, el archivo está siendo testigo de su peor versión.
Era 1998 y el mundo era un lugar muy diferente al que conocemos. Internet recién comenzaba a desarrollarse en el país, no había YouTube, no había redes sociales, Japón estaba lanzando un barco a Marte y Rocío Carrasco y Antonio David Flores Esperaban a su segundo hijo, al que bautizarían, fieles a su costumbre familiar, con el mismo nombre que su padre.

En ese momento estos dos jóvenes eran una de las parejas más solicitadas en los medios y los infames programas de prensa rosa (está claro que también estuvieron en otras ocasiones en televisión) se moría de envidia por tenerlos. Es por eso que Tómbola, el espectáculo que presenta Ximo Rovira, los recibió como si fueran dos estrellas, aunque todo se salió de control muy rápidamente.

El informe comenzó con normalidad, pero en algún momento los colaboradores abordaron un tema crítico: la pérdida de Antoine David de la Guardia Civil por retener el dinero de una multa. Luego dieron un paso más y empezaron a decir que Flores era un bromista, «un vagabundo que nunca había tocado el agua». Rocío lo interrumpió y quiso defenderlo, diciendo que “lo habían llamado desde una empresa en Estados Unidos”, primero, y lanzando “¿Sabes qué está pasando? Que mi esposo se pueda vivir sin trabajar, no como tú”. .

El clima se puso cada vez más caluroso, hasta que llegó el momento de la pausa comercial. Fue allí donde el malagueño perdió por completo los estribos, comenzó a insultar a cada integrante del programa y amenazó e intentó golpear a Ángel Antonio Herrera, para ser detenido por algunas personas de la producción.

De vuelta al aire, el presentador relató sus vivencias y las culpó, lo que provocó el aplauso del público que vio la situación, pero Rocío Carrasco volvió a reivindicar a su esposo. «Hay gente que dice cosas malas, y duele mucho. Cuando estás detrás del escenario, no puedes decir nada en absoluto. Esta señora (de Kermele Marchante) dice que mi esposo nunca tocó un palo en su vida, porque está un poco fuerte, mi marido estaba nervioso. Está un poco harto «, se disculpó.

Esta defensa parece imposible hoy, pero en ese momento era común. De hecho, el momento fue tan grande y tenso que la propia Rocío mostró esa noche su peor cara, aunque hoy dice que no lo recuerda. También es otra historia que será el momento de contar.