A las personas con discapacidad les cuesta más encontrar trabajo // Foto: ADFO
El 50,1% de los parados con discapacidad llevan dos años o más desempleados, mientras que la media de la población general es del 33%. La cifra es alta en ambos casos, pero destaca en 17 puntos en el caso de las personas con discapacidad, reflejando su mayor incidencia entre los parados de larga duración y su dificultad para acceder al empleo.
Se sigue de las cifras deOdiseoel Observatorio de la Discapacidad y el Mercado de Trabajo en España de la Fundación ONCE e Inserta Occupació, que recoge datos tanto del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) como del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las personas que han estado desempleadas durante 12 meses o más se consideran desempleados de larga duración. Así, el número total de personas con discapacidad desempleadas a 2021 es de aproximadamente 144.000 personas, de las cuales el 64% lleva al menos un año sin empleo. La cifra baja al 50,1% si el tiempo de paro es de dos años.
En el caso de la población general, el porcentaje de parados de larga duración se acerca al 50% y al 33% entre los que llevan al menos 24 meses sin encontrar trabajo.
Si nos acercamos al colectivo de parados de larga duración con discapacidad, observamos que el 56% son mujeres frente al 44% de hombres. En cuanto a la edad, el 68% tiene más de 45 años, situación que corre paralela a la de la población general, ya que es a partir de esa edad cuando los desempleados tienen más dificultades para reincorporarse al mundo laboral.
Con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, que se celebra cada 1 de mayo, el coordinador de Odismet, Luis Enrique Quifez, explicó a Servimedia que, a priori, se podría pensar que tras esta situación solo queda una baja calificación de los desempleados de Larga duración . Pero eso no lo justifica todo, porque según este experto «hay un volumen importante de personas en formación» y no puede salir de eso.
No es casualidad que algo más de 16.000 personas con discapacidad que llevan más de un año en paro tengan estudios universitarios o ciclos formativos (FP), tanto de secundaria como superior.
Apalancamiento directo
“Está claro que, más que la formación, es la discapacidad y la edad las que influyen en la situación de estas personas”elaboró Quifez, que apostó por «reducir el sesgo» al tejido empresarial en los dos factores. “Entre su edad y el hecho de que sean personas con discapacidad, ya que hay una suma de prejuicios y estereotipos que son una palanca directa para no poder ir más allá”respondió.
En el hilo, él señaló esto. “Es necesario dejar claro que hay personas con discapacidad que pueden cubrir muchos roles, y no solo determinados trabajos” Por qué, «En la medida en que transmitamos esto, las personas con discapacidad tendrán una gama más amplia de opciones en el mercado laboral».
“A través de la comunicación debemos ser capaces de hacer entender a las empresas que se están equivocando al no tener en cuenta el valor que estas personas pueden aportar y no son capaces de ver las opciones que existen”ha destacado el Responsable de Datos de la Fundación ONCE e Insereix.
Evolución
Este experto también se mostró escéptico sobre cómo evolucionará este problema, ya que, a pesar del último año del que hay datos desagregados por discapacidad, se refleja un descenso del paro de larga duración tanto en personas con discapacidad como sin ella, entre 2013 y 2021. la brecha se ha ensanchado.
Esto se debe a que en esos ocho años los parados de larga duración disminuyeron casi un 26%, mientras que los discapacitados aumentaron cerca de un 12%. “Es cierto que entre 2020 y 2021 ha disminuido el número de parados de larga duración con discapacidad, pero hay que ver cómo evoluciona, porque puede ser una cosa cíclica”concluyó este experto.
Preguntado por esta cuestión durante un acto organizado por Servimedia, el director general del SEPE, Gerardo Gutiérrez, reconoció el problema existente con la combinación de invalidez y desempleo, especialmente el paro de larga duración, y destacó el aumento de fondos que el Ejecutivo lleva a destinar directamente abordar este asunto.
«Necesitamos más recursos»prosiguió el responsable del SEPE, concluyendo que, «Aunque sea obvio»con el plan de recuperación y la asignación de fondos europeos «darse cuenta de que cuantos más recursos se asignan, más resultados se logran».
Otra de las soluciones identificadas por el coordinador de Odismet es seguir invirtiendo en formación, por lo que «aunque no lo solucione todo»el terreno de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial es «otro nicho de trabajo que necesitamos potenciar».
De hecho, la Inserta Occupació de la Fundación ONCE cuenta con programas de formación en este sentido, con resultados que muestran que casi el 100% de quienes superan esta formación encuentran trabajo.
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