La tos es una de las dolencias más comunes durante la temporada de invierno, además de la más molesta. Los resfriados ciertamente no son agradables, pero la tos también nos impide dormir bien, exacerbando el nerviosismo y la incomodidad. También podemos calmar la tos con remedios naturales, sin recurrir a medicamentos.
Causada por una irritación del tracto respiratorio, la tos en sí no es una enfermedad, sino un trastorno que puede tener consecuencias. Por tanto, es mejor intentar resolver desde los primeros síntomas, para no tener que recurrir a demasiados medicamentos. Por tanto, es recomendable prevenir la tos y contrarrestarla con remedios naturales, comenzando por el descanso y las fumigaciones.
La tos irrita el tracto orofaríngeo causando malestar y ardor, y puede ser grasa o seca. Distinción importante, porque nos permite encontrar el remedio más eficaz. Evidentemente, siempre se debe consultar al médico en caso de tos, para conocer la terapia más adecuada para el caso. Pero los buenos hábitos definitivamente contribuyen en gran medida a una recuperación más rápida.
Se recomiendan bebidas calientes para calmar la tos, y en general se debe seguir una hidratación frecuente y adecuada. Por eso beber mucho es fundamental, también porque reduce la formación de flemas. Naturalmente, se debe evitar fumar, incluso pasivo, y ambientes con aire viciado y seco.
En caso de tos seca un excelente remedio natural está representado por fumigaciones con bicarbonato y sal gruesa. Ayuda a aliviar la garganta y promueve la expectoración. Repetir varias veces al día hasta que mejoren las condiciones de salud.
El mejor aliado de tos aceitosa es miel, capaz de estimular la secreción de mocos y favorecer su disolución. También es capaz de calmar la irritación del tracto orofaríngeo. Basta con añadirlo a una infusión o una infusión tibia de efecto calmante, como las de malva.
Para dar alivio cuando la tos es persistente, especialmente para los más pequeños, una ayuda válida es la crema balsámica. Debe masajearse con manos calientes en el pecho y la espalda. Mantener la zona tibia, para facilitar la evaporación de las esencias balsámicas.